Por Washington Cabello
Sin dudas que este es un día «histórico» para la República Dominicana, por haber coincidido la exaltación de Pedro Jaime Martínez, con el Día de los Padres, en su país natal.
Pedro El Grande, se adentro aun mas en el corazón de todos los dominicanos al presentarse ante el Salón de la Fama de Cooperstown, con un atuendo alusivo a los colorees patrios, incluyendo una hermosa corbata y un escudo a ambos lados de la chaqueta, pero donde puso el gran punto fue cuando al concluir con sus palabras de agradecimiento llamó a su compatriota y colega del Salón de la Fama, don Juan Marichal y juntos exhibierón una gigantesca bandera dominicana.
Los miles de compatriotas que se dieron cita a acompañarle en este acontecimiento, repetimos «histórico», vibraron de emoción ante esta acción del inmortal.
Martínez, visiblemente emocionado agradeció a su madre y a todas las madres, y dijo que sin estas no es posible ningún logro en la vida terrenal, pues son ellas las que la prolongan.
Agradeció al todopoderoso, «Estoy agradecido con Dios por darme la oportunidad de representarlos con dignidad», dijo Pedro.
Este acontecimiento que llena de orgullo a la República Dominicana, ha demostrado que cuando se pone el corazón se logran las metas, siempre que se tenga la Fe en Dios y en uno mismo.
LLamó a que no lo vean como uno que alcanzo ese logro, «No me vean como alguien que vino de un país pobre, y pudo, véanme como un representante de latinoamerica», exclamó.
Al finalizar sus palabras, Pedro saludo a Bladimir Guerrero, diciéndole «nos vemos aquí dentro de dos años».